Los científicos descubrieron que en los gigantes gaseosos Júpiter y Saturno los diamantes llueven (al igual que el agua acá en la Tierra). Se afirma que por año caen unas mil toneladas de la tan preciada piedra en nuestro planeta.
Aunque esta afirmación esta entre dicho, porque algunas personas expertas creen que esto es imposible ya que su atmósferas compuestas por Hidrogeno y Helio, no se lo permiten.
Esto está sucediendo todo el tiempo en los planetas
distantes Urano y Neptuno.
La teoría fue elaborada por el astrofísico
Kevin Baines, profesor en la Universidad de Wisconsin-Madison e investigador en
el JPL de la NASA.
El señor Baines presento su descubrimiento en la reunión anual
de la Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Estadounidense (AAS).
“Este proceso comienza en las capas superiores de
las atmósferas correspondientes a Saturno y Júpiter, donde los rayos de las
tormentas eléctricas pueden transformar el metano en hollín”, afirma Baines.
“A medida que ese hollín cae hacia el interior del
planeta, la presión sobre él se va incrementando y cuando llega a una
profundidad de 1.600 kilómetros se transforma en grafito y prosigue su viaje
hacia las profundidades”, continúa.
“A la profundidad aproximada de 6.000 kilómetros, el
grafito se comprime endureciéndose hasta formar diamantes, que siguen cayendo
durante otros 30.000 kilómetros más (esto sería el tamaño de dos Tierras y
media)”, dice.
Baines cree que posiblemente, estos diamantes se licuan
debido al intenso calor y presión en las profundidades. Algunos de ellos tendrían el tamaño de un centímetro.
Pero este tipo de afirmaciones, no es nuevo. Recordemos
que Científicos de la Universidad de Yale (EEUU) anunciaron el 12 de Octubre de
2012 que habían descubierto un planeta rocoso compuesto de grafito y diamante,
que es dos veces más grande que la Tierra y con una masa ocho veces mayor.
En esa ocasión afirmo el señor Nikku Madhusudhan refiriéndose
al planeta 55 Cancri; “Su superficie está cubierta de grafito y tiene diamantes
en vez de agua”.
Gira alrededor de su Sol en la constelación de Cáncer
a 40 años luz, y es uno de los cinco planetas que posee. Su año dura 18 días, además
es muy muy caliente, alcanzando una temperatura de 2.148 grados centígrados.
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